'Una sociedad que ha abolido la aventura convierte la abolición de esta sociedad en la única aventura posible'

lunes, 29 de noviembre de 2010

Segunda carta abierta a nuestros padres

En pocos días hará dos años de la primera que les escribimos. Y se la volvemos a escribir porque no hemos recibido respuesta alguna. Nosotros, la generación precaria, la de los sueldos miserables, la explotada en trabajos basura, la de los títulos universitarios que no sirven para nada, la que ve cómo este mundo se desmorona sin poder hacer nada para evitarlo, la humillada continuamente por políticos, patrones y demás gente de orden.

Contempla tu trabajo, la nada y la tortura participan en él”

Somos la generación que ha crecido aprisionada entre los muros de vuestras escuelas, donde se nos ha intentado transmitir los valores de vuestra sociedad, su subordinación, sus desigualdades, sus lujurias, sus pecados. Desgraciadamente, tenemos que admitir que no somos los hijos que siempre hubiérais deseado tener. Pero aún así, somos las criaturas que habéis creado.

Todo enseñante es enseñado. Todo enseñado es enseñante”

En efecto, somos nosotros los que salen en vuestras televisiones incendiando mobiliario urbano y enfrentándose a la policía. Pero somos también los invisibles que no salimos en vuestra prensa cuando sufrimos de primera mano la precariedad, los despidos improcedentes, la explotación más salvaje, la inseguridad laboral y el acoso policial en las manifestaciones. Somos los que nos oponemos a vuestra paz social, los que ensuciamos las paredes de vuestros bancos con símbolos que nunca interiorizaréis, somos las voces disidentes a las que gustaría callar vuestro corrompido poder.

No somos ni terroristas, ni antisistemas, ni salvajes, ni encapuchados. Somos los que aún vivimos, los que aún no han reventado de tanta comodidad, los que sentimos y padecemos, los que hablamos y escuchamos, los soñadores, los utopistas. Somos vuestros hijos e hijas. La esperanza, la justicia y la creatividad están de nuestra parte, ¿De qué lado estáis vosotros?

No hagáis vuestro testamento antes de morir por un ideal, haced un crío que sea digno de su padre: ¡A padre charlatán, hijo activo!

Se acabaron vuestras noches tranquilas. Quizás seamos imbéciles, pero soñamos con ser imbéciles felices.

Tributo a Alexis Grigoropoulos, la juventud griega, y a todo aquél que lucha contra un sistema que provoca desigualdad, miseria y hambre en todo el mundo. 
 

1 comentario:

  1. Muy buen texto peña, aqui a mis 30 tacos en mi curro sin futuro, ni motivación, os mando un cordial saludo.

    Ojalá alguna vez podamos ser imbeciles felices!
    Muerte al Estado!

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