Pan para hoy, hambre para mañana (Túnez)

Después de varias semanas de revuelta popular en las calles de Túnez el Presidente Ben-Ali ha puesto pies en polvorosa. Ha hecho falta que estuviese absolutamente claro que el camino que han emprendido lxs tunecinxs era definivo para que lxs políticos de Occidente se hayan pronunciado. No habían abierto la boca. Ya se sabe, en boca cerrada no entran moscas. El mejor aliado de Occidente en el Magreb, el país más obediente con los poderes económicos mundiales, ha sido el primer país de la zona en que el levantamiento popular ha hecho salir por patas al presidente. La distancia entre los indicadores económicos y la realidad de la vida cotidiana se ponen de manifiesto. Es un alivio demostrarlo con hechos. La imagen que generan los poderes mediáticos aparenta que si la economía va bien, todo va bien. Lxs que ayer se abrazaban a Ben-Ali y alababan su régimen, como era esperable, claman por volver a la ‘normalidad’ lo antes posible. Ya sabemos lo que quieren decir con normalidad, mantenimiento de todo el tinglado económico (turismo, exportaciones, importaciones, tratados económicos). También toda la clase política y la prensa burguesa se han apresurado a reforzar el poder militar como garante último del mantenimiento del orden social y económico. Por eso, podemos asistir a imágenes de militares disparando cuando algunxs tunecinxs se acercan a los hipermercados a recoger las mercancías esparramadas tras los saqueos. Pocas palabras sobre lxs que repudian al ejército, en todo caso descalificarlxs como saqueadorxs o delincuentes. Nada sobre posibles alternativas a las elecciones. La propaganda mediática ya ha escrito el guión: dictadura-protestas-elecciones-democracia parlamentaria.

No sabemos si allí se han planteado otras alternativas a las elecciones y al parlamentarismo. Aquí ya sabemos muy bien cómo funciona y a quiénes beneficia. Sabemos bien la situación social y económica a que nos vemos abocadxs. Y sabemos de dónde procede y quiénes son los principales culpables de la situación. Pese a que todo parece que apunte hacia ese camino en Túnez deben saber que las mismas políticas económicas que tenían con Ben-Ali son las que tendrán con el/la próximx elegidx. Esas son las condiciones. O eso, o participar activamente, como han demostrado estos días en la gestión de sus vidas y de su comunidad.