Ya hace un par de semanas, los fiscales al caso de Células del Fuego citaron varios compañeros presos miembros de CCF como también a lxs 6 compañerxs detenidxs en la operación antiterrorista del 4 de diciembre de 2010 (K.Sakkas, G.Karagiannidis, A.Mitrousias, S.Adoniou, D.Mihail, H.Politis) para llamados “interrogatorios adicionales” en un intento de ver si se puede meter a todxs en el mismo “saco de las Células”.
Algunas personas fueron llevadas por eso al Tribunal Supremo de Atenas (en ambos casos que ocurrió un pequeño grupo de solidarixs estaba presente fuera para saludarles gritando consignas), mientras que otras fueron trasladadas a la cárcel Koridallos de Atenas y ahí visitadas por los curiosos fiscales Baltas y Mokas, para recibir lo que se merecían: silencio y rechazo de colaboración. El 27 de abril trajeron el compañero Hristos Tsakalos a la cárcel Koridallos para una cita semejante, pero él se negó siquiera ver a sus caras. En vez de esto, publicó la siguiente carta:
Hoy, pues el miércoles 27 de abril, oficialmente notifico las autoridades judiciales: no me “molesten” otra vez con sus continuas y repetidas citaciones para presentarme en los procedimientos interrogatorios, porque si no, recibirán de mi parte la Negación directa y “vertical” en su cara y además un desprecio de hecho.
No voy a compartir ni un milésimo trozo de dialogo con mis jueces. Como ya repetidamente les he dicho, no reconozco a sus procedimientos y me niego legitimizarlas, sea ética o políticamente, tras mi presencia. Tengo la consciencia clara y no declaro nada ante los dignitarios del Estado. Los únicos que van a juzgar mis actos sean yo mismo, la gente rebelde que elije de implicarse en el “crimen” de la libertad y la historia misma.
Me niego de presentarme delante de ellos, esposado y acompañado por los encapuchados bravucones de EKAM y de la Antiterrorista, para tomar parte en la farsa que montaron.
Por lo tanto, no voy a llegar puntualmente a esas citas montadas por ellos.
Al contrario: la mafia judicial que se prepare para las citas que tendrá con su propio destino histórico. Porque estos son los tiempos en que para los funcionarios judiciales, aparte del dinero y las promociones a los cargos más altos que reciben, la recompensa puede ser también una fuerte lluvia de balazos o una potente bomba en sus coches. Y eso no es amenaza, se trata simplemente de una notificación sobre hechos que pueden pasar.
Aparte de todo eso, con la ocasión de mi negación publica de conversar con los dignitarios judiciales, quiero decir un par de cosas sobre la gangrena judicial que intenta, como una epidemia, atacar a los círculos antiautoritarios. Al observar el desarrollo de los interrogatorios llegaremos a una conclusión evidente: el poder judicial funciona para el Estado así como lo hizo la Santa Inquisición para la iglesia cristiana en la Edad Media.
No hay ya duda ninguna respecto a los juicios que vienen: no se trata simplemente de los juicios contra algunas organizaciones revolucionarias, como la Conspiración de Células del Fuego, sino de la persecución penal de toda una parte del corriente combativo del ámbito antiautoritario.
A estas persecuciones penales les está dictando la voluntad policial del Estado, frecuentemente fabricando unos montajes absurdos contra los anarquistas que luchan y como el objetivo teniendo la criminalización de elemento más activo de los círculos subversivos.
Es un proceso de intercepción de los elementos más combativos y peligrosos, para obstaculizar su permanente movilidad y su posible conexión/asociación con las imprevisibles situaciones que surgirán a la vista de la crisis económica-social.
Para lograr sus planteamientos, el Estado se ha esforzado de demostrar que existe una red armada anarquista que está relacionada o con O.R. Conspiración de Células del Fuego o formada por unas autónomas y “anónimas” organizaciones terroristas, sin que estas efectuaran acciones (el caso de los compañeros de Tesalónica: D.Dimitsiadis, M.Tsilianidis, F.Fessas y S.Tsifkas, el caso de los 6 compañeros detenidos el 4 de diciembre). Desde luego que las autoridades judiciales, llegando al apogeo de su prestación de servicios al Estado, no vacilaron de poner en cárcel preventiva al anarquista Dimitris Hadzivasiliadis por una simple posesión de armas ( fue detenido durante una control casual teniendo encima dos pistolas), “adivinando” que tenía la intención de utilizarlas para “ejecutar actos terroristas”. La aplastante verdad es que fue encarcelado por sus convicciones anarquistas, que desde su anterior detención ya estaban ahí, en los ficheros de la policía.
Sin embargo, la inmolación judicial no se acaba aquí. El actual síndrome fiscal que inspira a los funcionarios judiciales esta barriendo a todo un tejido social de los contactos entre unos “terroristas sospechosos” por pedido. Amigos y los que se relacionan con los acusados sean detenidos, señalados y finalmente también encarcelados (D.Mihail y S.Adoniou del caso de los de 4 de diciembre). Naturalmente, una suerte parecida espera a los amigos y conocidos de los miembros de organizaciones y individualidades anarquistas que asumieron la responsabilidad política por sus actos.
Esos últimos más y más a menudo ven como sus cercanos y conocidos que no tienen nada que ver con las acusaciones que se les adjudica, quedan detenidos, sus fotos decoran las primeras páginas de los diarios (como el K.P. durante las últimas detenciones de CCF o el K.S. por el caso del anarquista Rami Sirianos) y a veces acaban encarcelados (como el anarquista Panagiotis Masouras y otras personas en el primero caso de CCF, los anarquistas Hristoforos Kortesis, Sarandos Nikitopoulos y Vagelis Stathopoulos por el caso de Lucha Revolucionaria).
Como si eso no sería suficiente, el totalitarismo judicial hace un paso hasta más desvergonzado que la arbitrariedad policial. En ciertas ocasiones, si no haya siquiera relaciones de amistad se les está inventando (el caso del anarquista H.Politis), mientras que en otras la simple coincidencia de un apellido (caso de la anarquista F.Meyer) lleva a los contemporáneos detectives Clouseau a unas situaciones de confusión tragicómicas cuando mezclan a los imposibles guiones de la “conexión genealógica” con la organización revolucionaria RAF. Al mismo tiempo, cuando la mentira que rivaliza con la arbitrariedad no sea suficiente, llega la “vitrina” de la ciencia para confirmar la coartada del Estado (caso del anarquista A.Seirinidis que está en cárcel preventiva acusado de disparar sobre la lechera de antidisturbios, la prueba contra él siendo el ADN encontrado en una mascarilla quirúrgica recogida en la zona de Eksarhia).
Finalmente, tampoco se ha abandonado a “la vieja y conocida arte” de acusaciones prefabricadas y “hinchadas”, como en el caso de los compañeros hermanos Anastasiadis (el caso del ateneo “Nadir” en Tesalónica) o del ficticio guión de atraco (el caso de Psahna en isla de Evia, así el primer caso en que se arresta a una gente y les acusa del atraco sin que ellos tuviesen armas o dinero). Por supuesto que para la carga de ese persecutorio “golpe de estado” el terreno lo prepara la vanguardia de los periodísticos “juicios televisivos”. Si no hubiesen sido los medios de comunicación quién prepara el terreno, el sistema judicial no lograría de aplicar tan descaradamente su brutalidad, y quizás fuese obstaculizado por las “voces de protesta democráticas” de algunos “portadores progresistas”.
Es muy característico el caso del arresto de los 6 en diciembre pasado. Los funcionarios al servicio de la mentira se desenfrenaban delante de las cámaras y desde sus estudios de TV diciendo que los sospechosos (que para ellos son ya “culpables”) son miembros de O.R. Secta de los Revolucionarios. Si, el primer día no vacilan de “reconocer” a uno de los detenidos como él en busca y captura y con un precio puesto a su cabeza compañero G.Tsironis (el caso de los “atracadores de negro”, en que están acusados también Marios Seisidis y su hermano Simos, a quien los cerdos policiales dispararon por la espalda y luego, debido a su grave herida los médicos le amputaron una pierna. ¡Fuerza Compañero!)
Cuando todo eso resultó de ser un guión de ciencia-ficción, los periodistas dijeron “Ningún problema…” y sirvieron otra vez una nueva “verdad” sobre las conexiones con O.R.CCF. Una verdad puesta en escena que la sociedad de espectadores de TV se tragó (con la misma facilidad que las anteriores), dijo “Gracias” y se fue a dormir mas tranquilamente que el día anterior y siendo más obediente para el día siguiente.
Ahora ya, a lo que no puede ser condenado en términos reales sea condenado en la manera espectacular en el altar ritual de los medios de comunicación. Hoy en día, solamente en el generalizado clima del estado de excepción dirigido por los periodistas se puede montar tan cómodamente “el teatro de la justicia”.
Porque hoy en día, más que nunca, la persecución penal no busca a unas individualides “culpables”, sino esta cazando al imaginario general de lo Culpable colectivo, apuntando a los círculos antiautoritarios y subversivos. La confusión de los cargos, el ambiguo complejo legal que permite llevar a juicio unas meras “intenciones”, los encarcelamientos basados en “el certificado de la prudencia social” y los decretos vagos constituyen una fórmula que lo incluye todo. Parece que las autoridades judiciales dicen:”En cada caso, estás culpable…”
Yo mismo pues, siendo “conscientemente culpable” y al haber asumido mi pertenencia a la organización revolucionaria Conspiración de Células del Fuego, no he esperado nada otro de nuestros perseguidores. Estuvieron justo a la altura de los sueldos que reciben y de su dignidad.
Cuando nos hemos lanzado como CCF en una guerra sin límites contra el Poder y sus dignitarios, fue de esperar que nuestros enemigos nos carguen el castigo sin buscar otro pretexto.
Sin embargo, eso no me impide de hablar. Además, no me estoy dirigiendo a los pequeños dictadores de las autoridades fiscales ni a las encorbatadas panchas de los jefes, ni a los espiritualmente mutilados de los servicios policiales, ni siquiera a una sociedad que en lugar del corazón se ha puesto un manojo de llaves, llaves de coche, llaves de casa, llaves de valla, llave de intelecto, llaves de emoción, y cierra, cierra, cierra a sus propios miedos, silenciando a las pantallas y sonriendo a los escaparates.
Me estoy dirigiendo a los insumisos e indomables espíritus de nuestra época, a las pequeñas minorías que no se inclinan, a las personas que piensan libremente, a la gente rebelde, a los lobos que se salvaron de los cazadores. No podemos dejar que el viento se calme, porque dentro de nosotros miles de péquenos fuegos siguen incendiando a nuestra rebeldía.
Nuestros actos deben que hablar con todavía más fuerza, gritar más porque por sí solo “ningún verso movilizará a las masas, ningún verso derrumbará a los regímenes”. Se necesita la lucha, la lucha, la lucha.
Lucha que incluye gritos y consignas en las manifestaciones, lucha que incluye molotovs ardiendo, lucha que incluye piedras y pinturas, lucha que incluye armas, granadas de mano y bombas, lucha que incluye lápiz, bolígrafo y libros, lucha que incluye incendios y conspiraciones, lucha y siempre la lucha.
Acabando, voy a recordar a nuestros perseguidores que su justicia la tengo escrita por debajo de mis zapatos más viejos. Conozco las sentencias de los juicios que todavía no fueron realizados, conozco las decenas de años que nos van a cargar. Lo sé, pero no voy a agachar mi cabeza ante de ellos. Sean seguros que se tratará de unas batallas muy duras.
En lo que se refiere a la descripción de mi persona, tanto por los medios de comunicación como por los oficiales judiciales, como “dirigente ejecutivo” de la organización, les lo devuelvo en la cara. Justo porque ellos aprendieron de funcionar con superiores y subordinados, deben que aprender que la Conspiración de Células del Fuego no tiene ni jefes ni seguidores. Nuestra única autoridad, nuestro único principio es la nuestra consciencia.
El texto presente que sea considerado como una chispa mas para la dura y innegociable lucha que llevaremos a cabo para lograr a la convivencia política y la creación de los colectivos políticos dentro de las cárceles.
Llegamos a la conclusión que el totalitarismo democrático está lanzando algunos de sus ataques por encubierto, como un puño de hierro en guante de terciopelo. Ya, nosotros los miembros de CCF pero también otros compañeros vivimos el ennoblecido régimen del moderno “aislamiento político”, porque estamos esparcidos por todos los rincones de Grecia: Kerkyra, Komotini, Grevena, Malandrino, Domokos, Thiva, Trikala, Koridallos. A la mayoría de nosotros nos metieron en “módulos de protección” (ahí están acogidos los sujetos más miserables de la cárcel: chivatos y violadores), para de este modo hacernos perder cualquier contacto social, o sea cargarnos con castigos disciplinarios, cuando apaleamos a alguno de esa basura humana con cuales compartimos el modulo.
Naturalmente no estoy olvidando sobre la condición de aislamiento que sufren los miembros de Lucha Revolucionaria en el modulo ST de Koridallos y mi apoyo es obvio, a pesar y mas allá de los desacuerdos políticos que haya.
Esta lucha por romper con cada aislamiento y para montar unos colectivos políticos de convivencia es el primer paso en un camino largo hacia los indeterminables hoyos de la rebeldía.
Acabando, me “prestaré” un par de palabras: “Y los jueces, apenas aquel entró, se inclinaron y hablaron algo entre ellos. Y le preguntaron: ¿Sois muchos? Y él, quien sabe si por casualidad o quizás para responderles, les mostró el muchedumbre fuera, detrás de la ventana. Y los jueces gritaron: ¡¿Para qué necesitamos otros testigos?! Y entonces se recordaron, que una vez, hace muchos años, esas palabras ya han sido dichas. Y les pilló un miedo tremendo.”
Dedicado a mis hermanos, los compañeros de la Conspiración de Células del Fuego: G.Tsakalos, O.Ikonomidou, P.Argyrou, G.Polydoros, M.Nikolopoulos, H.Hadzimihelakis, G.Nikolopoulos y D.Bolano. Igualmente, mando mi saludo compañerista a los viejos compañeros de FAI y a los anarquistas mejicanos de FLT (ELF). Mis pensamientos están con los compañeros del “caso bombas” en Chile, que están en huelga de hambre.
Viva la o. r. Conspiración de Células del Fuego
Viva la Federación Anarquista Informal/Frente Revolucionario Internacional
Tsakalos Hristos
Miembro de CCF
Algunas personas fueron llevadas por eso al Tribunal Supremo de Atenas (en ambos casos que ocurrió un pequeño grupo de solidarixs estaba presente fuera para saludarles gritando consignas), mientras que otras fueron trasladadas a la cárcel Koridallos de Atenas y ahí visitadas por los curiosos fiscales Baltas y Mokas, para recibir lo que se merecían: silencio y rechazo de colaboración. El 27 de abril trajeron el compañero Hristos Tsakalos a la cárcel Koridallos para una cita semejante, pero él se negó siquiera ver a sus caras. En vez de esto, publicó la siguiente carta:
Hoy, pues el miércoles 27 de abril, oficialmente notifico las autoridades judiciales: no me “molesten” otra vez con sus continuas y repetidas citaciones para presentarme en los procedimientos interrogatorios, porque si no, recibirán de mi parte la Negación directa y “vertical” en su cara y además un desprecio de hecho.
No voy a compartir ni un milésimo trozo de dialogo con mis jueces. Como ya repetidamente les he dicho, no reconozco a sus procedimientos y me niego legitimizarlas, sea ética o políticamente, tras mi presencia. Tengo la consciencia clara y no declaro nada ante los dignitarios del Estado. Los únicos que van a juzgar mis actos sean yo mismo, la gente rebelde que elije de implicarse en el “crimen” de la libertad y la historia misma.
Me niego de presentarme delante de ellos, esposado y acompañado por los encapuchados bravucones de EKAM y de la Antiterrorista, para tomar parte en la farsa que montaron.
Por lo tanto, no voy a llegar puntualmente a esas citas montadas por ellos.
Al contrario: la mafia judicial que se prepare para las citas que tendrá con su propio destino histórico. Porque estos son los tiempos en que para los funcionarios judiciales, aparte del dinero y las promociones a los cargos más altos que reciben, la recompensa puede ser también una fuerte lluvia de balazos o una potente bomba en sus coches. Y eso no es amenaza, se trata simplemente de una notificación sobre hechos que pueden pasar.
Aparte de todo eso, con la ocasión de mi negación publica de conversar con los dignitarios judiciales, quiero decir un par de cosas sobre la gangrena judicial que intenta, como una epidemia, atacar a los círculos antiautoritarios. Al observar el desarrollo de los interrogatorios llegaremos a una conclusión evidente: el poder judicial funciona para el Estado así como lo hizo la Santa Inquisición para la iglesia cristiana en la Edad Media.
No hay ya duda ninguna respecto a los juicios que vienen: no se trata simplemente de los juicios contra algunas organizaciones revolucionarias, como la Conspiración de Células del Fuego, sino de la persecución penal de toda una parte del corriente combativo del ámbito antiautoritario.
A estas persecuciones penales les está dictando la voluntad policial del Estado, frecuentemente fabricando unos montajes absurdos contra los anarquistas que luchan y como el objetivo teniendo la criminalización de elemento más activo de los círculos subversivos.
Es un proceso de intercepción de los elementos más combativos y peligrosos, para obstaculizar su permanente movilidad y su posible conexión/asociación con las imprevisibles situaciones que surgirán a la vista de la crisis económica-social.
Para lograr sus planteamientos, el Estado se ha esforzado de demostrar que existe una red armada anarquista que está relacionada o con O.R. Conspiración de Células del Fuego o formada por unas autónomas y “anónimas” organizaciones terroristas, sin que estas efectuaran acciones (el caso de los compañeros de Tesalónica: D.Dimitsiadis, M.Tsilianidis, F.Fessas y S.Tsifkas, el caso de los 6 compañeros detenidos el 4 de diciembre). Desde luego que las autoridades judiciales, llegando al apogeo de su prestación de servicios al Estado, no vacilaron de poner en cárcel preventiva al anarquista Dimitris Hadzivasiliadis por una simple posesión de armas ( fue detenido durante una control casual teniendo encima dos pistolas), “adivinando” que tenía la intención de utilizarlas para “ejecutar actos terroristas”. La aplastante verdad es que fue encarcelado por sus convicciones anarquistas, que desde su anterior detención ya estaban ahí, en los ficheros de la policía.
Sin embargo, la inmolación judicial no se acaba aquí. El actual síndrome fiscal que inspira a los funcionarios judiciales esta barriendo a todo un tejido social de los contactos entre unos “terroristas sospechosos” por pedido. Amigos y los que se relacionan con los acusados sean detenidos, señalados y finalmente también encarcelados (D.Mihail y S.Adoniou del caso de los de 4 de diciembre). Naturalmente, una suerte parecida espera a los amigos y conocidos de los miembros de organizaciones y individualidades anarquistas que asumieron la responsabilidad política por sus actos.
Esos últimos más y más a menudo ven como sus cercanos y conocidos que no tienen nada que ver con las acusaciones que se les adjudica, quedan detenidos, sus fotos decoran las primeras páginas de los diarios (como el K.P. durante las últimas detenciones de CCF o el K.S. por el caso del anarquista Rami Sirianos) y a veces acaban encarcelados (como el anarquista Panagiotis Masouras y otras personas en el primero caso de CCF, los anarquistas Hristoforos Kortesis, Sarandos Nikitopoulos y Vagelis Stathopoulos por el caso de Lucha Revolucionaria).
Como si eso no sería suficiente, el totalitarismo judicial hace un paso hasta más desvergonzado que la arbitrariedad policial. En ciertas ocasiones, si no haya siquiera relaciones de amistad se les está inventando (el caso del anarquista H.Politis), mientras que en otras la simple coincidencia de un apellido (caso de la anarquista F.Meyer) lleva a los contemporáneos detectives Clouseau a unas situaciones de confusión tragicómicas cuando mezclan a los imposibles guiones de la “conexión genealógica” con la organización revolucionaria RAF. Al mismo tiempo, cuando la mentira que rivaliza con la arbitrariedad no sea suficiente, llega la “vitrina” de la ciencia para confirmar la coartada del Estado (caso del anarquista A.Seirinidis que está en cárcel preventiva acusado de disparar sobre la lechera de antidisturbios, la prueba contra él siendo el ADN encontrado en una mascarilla quirúrgica recogida en la zona de Eksarhia).
Finalmente, tampoco se ha abandonado a “la vieja y conocida arte” de acusaciones prefabricadas y “hinchadas”, como en el caso de los compañeros hermanos Anastasiadis (el caso del ateneo “Nadir” en Tesalónica) o del ficticio guión de atraco (el caso de Psahna en isla de Evia, así el primer caso en que se arresta a una gente y les acusa del atraco sin que ellos tuviesen armas o dinero). Por supuesto que para la carga de ese persecutorio “golpe de estado” el terreno lo prepara la vanguardia de los periodísticos “juicios televisivos”. Si no hubiesen sido los medios de comunicación quién prepara el terreno, el sistema judicial no lograría de aplicar tan descaradamente su brutalidad, y quizás fuese obstaculizado por las “voces de protesta democráticas” de algunos “portadores progresistas”.
Es muy característico el caso del arresto de los 6 en diciembre pasado. Los funcionarios al servicio de la mentira se desenfrenaban delante de las cámaras y desde sus estudios de TV diciendo que los sospechosos (que para ellos son ya “culpables”) son miembros de O.R. Secta de los Revolucionarios. Si, el primer día no vacilan de “reconocer” a uno de los detenidos como él en busca y captura y con un precio puesto a su cabeza compañero G.Tsironis (el caso de los “atracadores de negro”, en que están acusados también Marios Seisidis y su hermano Simos, a quien los cerdos policiales dispararon por la espalda y luego, debido a su grave herida los médicos le amputaron una pierna. ¡Fuerza Compañero!)
Cuando todo eso resultó de ser un guión de ciencia-ficción, los periodistas dijeron “Ningún problema…” y sirvieron otra vez una nueva “verdad” sobre las conexiones con O.R.CCF. Una verdad puesta en escena que la sociedad de espectadores de TV se tragó (con la misma facilidad que las anteriores), dijo “Gracias” y se fue a dormir mas tranquilamente que el día anterior y siendo más obediente para el día siguiente.
Ahora ya, a lo que no puede ser condenado en términos reales sea condenado en la manera espectacular en el altar ritual de los medios de comunicación. Hoy en día, solamente en el generalizado clima del estado de excepción dirigido por los periodistas se puede montar tan cómodamente “el teatro de la justicia”.
Porque hoy en día, más que nunca, la persecución penal no busca a unas individualides “culpables”, sino esta cazando al imaginario general de lo Culpable colectivo, apuntando a los círculos antiautoritarios y subversivos. La confusión de los cargos, el ambiguo complejo legal que permite llevar a juicio unas meras “intenciones”, los encarcelamientos basados en “el certificado de la prudencia social” y los decretos vagos constituyen una fórmula que lo incluye todo. Parece que las autoridades judiciales dicen:”En cada caso, estás culpable…”
Yo mismo pues, siendo “conscientemente culpable” y al haber asumido mi pertenencia a la organización revolucionaria Conspiración de Células del Fuego, no he esperado nada otro de nuestros perseguidores. Estuvieron justo a la altura de los sueldos que reciben y de su dignidad.
Cuando nos hemos lanzado como CCF en una guerra sin límites contra el Poder y sus dignitarios, fue de esperar que nuestros enemigos nos carguen el castigo sin buscar otro pretexto.
Sin embargo, eso no me impide de hablar. Además, no me estoy dirigiendo a los pequeños dictadores de las autoridades fiscales ni a las encorbatadas panchas de los jefes, ni a los espiritualmente mutilados de los servicios policiales, ni siquiera a una sociedad que en lugar del corazón se ha puesto un manojo de llaves, llaves de coche, llaves de casa, llaves de valla, llave de intelecto, llaves de emoción, y cierra, cierra, cierra a sus propios miedos, silenciando a las pantallas y sonriendo a los escaparates.
Me estoy dirigiendo a los insumisos e indomables espíritus de nuestra época, a las pequeñas minorías que no se inclinan, a las personas que piensan libremente, a la gente rebelde, a los lobos que se salvaron de los cazadores. No podemos dejar que el viento se calme, porque dentro de nosotros miles de péquenos fuegos siguen incendiando a nuestra rebeldía.
Nuestros actos deben que hablar con todavía más fuerza, gritar más porque por sí solo “ningún verso movilizará a las masas, ningún verso derrumbará a los regímenes”. Se necesita la lucha, la lucha, la lucha.
Lucha que incluye gritos y consignas en las manifestaciones, lucha que incluye molotovs ardiendo, lucha que incluye piedras y pinturas, lucha que incluye armas, granadas de mano y bombas, lucha que incluye lápiz, bolígrafo y libros, lucha que incluye incendios y conspiraciones, lucha y siempre la lucha.
Acabando, voy a recordar a nuestros perseguidores que su justicia la tengo escrita por debajo de mis zapatos más viejos. Conozco las sentencias de los juicios que todavía no fueron realizados, conozco las decenas de años que nos van a cargar. Lo sé, pero no voy a agachar mi cabeza ante de ellos. Sean seguros que se tratará de unas batallas muy duras.
En lo que se refiere a la descripción de mi persona, tanto por los medios de comunicación como por los oficiales judiciales, como “dirigente ejecutivo” de la organización, les lo devuelvo en la cara. Justo porque ellos aprendieron de funcionar con superiores y subordinados, deben que aprender que la Conspiración de Células del Fuego no tiene ni jefes ni seguidores. Nuestra única autoridad, nuestro único principio es la nuestra consciencia.
El texto presente que sea considerado como una chispa mas para la dura y innegociable lucha que llevaremos a cabo para lograr a la convivencia política y la creación de los colectivos políticos dentro de las cárceles.
Llegamos a la conclusión que el totalitarismo democrático está lanzando algunos de sus ataques por encubierto, como un puño de hierro en guante de terciopelo. Ya, nosotros los miembros de CCF pero también otros compañeros vivimos el ennoblecido régimen del moderno “aislamiento político”, porque estamos esparcidos por todos los rincones de Grecia: Kerkyra, Komotini, Grevena, Malandrino, Domokos, Thiva, Trikala, Koridallos. A la mayoría de nosotros nos metieron en “módulos de protección” (ahí están acogidos los sujetos más miserables de la cárcel: chivatos y violadores), para de este modo hacernos perder cualquier contacto social, o sea cargarnos con castigos disciplinarios, cuando apaleamos a alguno de esa basura humana con cuales compartimos el modulo.
Naturalmente no estoy olvidando sobre la condición de aislamiento que sufren los miembros de Lucha Revolucionaria en el modulo ST de Koridallos y mi apoyo es obvio, a pesar y mas allá de los desacuerdos políticos que haya.
Esta lucha por romper con cada aislamiento y para montar unos colectivos políticos de convivencia es el primer paso en un camino largo hacia los indeterminables hoyos de la rebeldía.
Acabando, me “prestaré” un par de palabras: “Y los jueces, apenas aquel entró, se inclinaron y hablaron algo entre ellos. Y le preguntaron: ¿Sois muchos? Y él, quien sabe si por casualidad o quizás para responderles, les mostró el muchedumbre fuera, detrás de la ventana. Y los jueces gritaron: ¡¿Para qué necesitamos otros testigos?! Y entonces se recordaron, que una vez, hace muchos años, esas palabras ya han sido dichas. Y les pilló un miedo tremendo.”
Dedicado a mis hermanos, los compañeros de la Conspiración de Células del Fuego: G.Tsakalos, O.Ikonomidou, P.Argyrou, G.Polydoros, M.Nikolopoulos, H.Hadzimihelakis, G.Nikolopoulos y D.Bolano. Igualmente, mando mi saludo compañerista a los viejos compañeros de FAI y a los anarquistas mejicanos de FLT (ELF). Mis pensamientos están con los compañeros del “caso bombas” en Chile, que están en huelga de hambre.
Viva la o. r. Conspiración de Células del Fuego
Viva la Federación Anarquista Informal/Frente Revolucionario Internacional
Tsakalos Hristos
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