'Una sociedad que ha abolido la aventura convierte la abolición de esta sociedad en la única aventura posible'

jueves, 20 de enero de 2011

Fuerza de Gendarmería Europea

Os dejo información extraída de aquí y de allí sobre la nueva policía que durante los últimos años han ido gestando los países de la Unión Europea para dar cabida a las gendarmerías todavía existentes en varios países. Como siempre los Estados se van preparando con tiempo para lo que ahora se ve más cerca, el auge del malestar derivado del declive de los derechos sociales y traducido en mayor conflictividad social. Esta fuerza policial mezcla funciones policiales y militares y tienen la función de actuar en situaciones de crisis. Durante este tiempo se ha especulado sobre su intervención en las revueltas de Grecia, pero hasta el momento no conocemos sus acciones (si es que las ha habido).
 


Eurogendfor nace en Holanda el 18 octubre 2007 con el «Tratado de Velsen» (uno de tantos tratados de los que lxs ciudadanxs no saben nada o casi nada), firmado en un principio por los paises que están dotados de Policias militares: Francia (Gendarmeria), España (Guardia Civil), Portugal (Guardia nacional), Holanda (Marechaussée) e Italia (Carabinieros).
“EGF, the EU’s Gendarm Force to combat citizens who are disobedient to the Lisbon Treaty…”

La nueva Fuerza de Gendarmería Europea
Enrique Esquivel Lalinde (capitán de Corbeta)

Tema: La UE ha creado una Fuerza de Gendarmería Europea compuesta por los cinco
países miembros que cuentan con fuerzas policiales de carácter militar: Francia, Italia,
Países Bajos, Portugal y España
Resumen: El propósito del presente análisis es dar a conocer una nueva fuerza,

la Fuerza de Gendarmería Europea, que sin duda está llamada a convertirse en una valiosa
herramienta para llevar a cabo todo tipo de operaciones de gestión de crisis. Veremos en
que consiste, como se gestó su creación, cuales son sus formas de actuación y, por
último, su enmarque dentro de las estructuras europeas

Análisis:
¿Qué es la Fuerza de Gendarmería Europea?
Durante la reunión informal de Ministros de Defensa de la Unión Europea, celebrada en
Roma los días 3 y 4 de octubre del año 2003, la ministra de Defensa francesa Michelle
Alliot-Marie propuso a sus homólogos de los otros cuatro países de la Unión Europea que
contaban con fuerzas policiales de carácter militar, esto es, Italia, Países Bajos, Portugal
y España, la creación de una nueva fuerza que se denominaría Fuerza de Gendarmería
Europea (FGE). La fuerza estaría compuesta por miembros de la Gendarmería francesa,
los Carabinieri italianos, la Guardia Nacional Republicana portuguesa, la Royal
Marechaussee holandesa y la Guardia Civil española.
A partir de la propuesta francesa se sucedieron las reuniones entre representantes de los
cinco países, que dieron como resultado que los ministros de Defensa de las naciones
implicadas firmaran el 17 de septiembre de 2004, en Noordwijk (Países Bajos), una
declaración inicial de intenciones, coincidiendo con la reunión informal de ministros de
Defensa de la Unión Europea celebrada durante la Presidencia holandesa. En esa
declaración de intenciones se pone de manifiesto que esta fuerza nace para dotar a
Europa de la capacidad de llevar a cabo todo tipo de misiones policiales durante las
operaciones de gestión de crisis. Además, estará abierta a otros miembros de la UE, así
como a los candidatos a ingresar, que posean fuerzas policiales de las mismas
características. También se recoge en la declaración que la fuerza podrá ser puesta al
servicio de otras organizaciones internacionales como Naciones Unidas, OTAN y OSCE.
Durante el año 2005 la fuerza alcanzará su plena operatividad. Dispondrá de un Cuartel
General multinacional en la ciudad italiana de Vicenza, compuesto por 30 personas, de
las que cinco serán españolas. No tendrá fuerzas asignadas en permanencia, aunque
deberá ser capaz de reaccionar en un tiempo de 30 días, con aproximadamente 800
efectivos.
La Fuerza de Gendarmería contará con un Comité Interministerial de Alto Nivel (CIMIN)
que asegurará la coordinación político-militar entre los Estados participantes. Además, el
CIMIN es el organismo que ejerce el control político y la dirección estratégica de la
fuerza, nombra al comandante y le proporciona las directrices de actuación. En dicho
Comité, España estará representada por personal de los Ministerios de Asuntos
Exteriores y Cooperación, Interior y Defensa. La presidencia del CIMIN será rotatoria
entre los países miembros y se reunirá al menos dos veces al año. La primera reunión
del CIMIN tuvo lugar en Roma el 21 de enero del año 2005.

Desarrollo de la iniciativa
El camino para lograr un acuerdo que contentara a todas las naciones, como se puede
suponer, no fue una tarea sencilla. Desde la primera reunión se pusieron de manifiesto
las diferentes posturas de las naciones. Como creador del proyecto, el Ministerio de
Defensa francés manifestó desde un principio un marcado interés por acelerar lo máximo
posible la creación de la nueva fuerza. Francia tenía muy clara la idea de lo que debería
de ser la fuerza: por un lado autónoma de las estructuras ya existentes en la UE, con
unidades distintas a las ya comprometidas con ella; por otra parte, el concepto francés de
la estructura de la fuerza y del cuartel general era muy parecido al ya existente en la
Eurofor (formada por Francia, Italia, Portugal y España, y que consta de un cuartel
general permanente al que se le asignan fuerzas en función de las necesidades
operativas).
Sin embargo, la idea francesa no era compartida inicialmente por las demás naciones
que preferían organizar la Fuerza de Gendarmería dentro de la UE, aprovechando
estructuras ya existentes. Les parecía que esta iniciativa duplicaría a la actual Fuerza de
Policía Europea. Sin embargo, estaba claro que parecía difícil crearla dentro del marco
de la UE, sobre todo por las reticencias que podrían existir entre algunos países de la
Unión a las fuerzas policiales de carácter militar y, en este sentido, se podrían citar,
aunque probablemente no serían los únicos que pondrían objeciones, a los países
nórdicos.
Francia defendió con tenacidad desde el primer momento su idea del enfoque
multinacional similar al de la Eurofor, argumentando, no sin razón, que dentro de la UE
habría que superar las ya señaladas fuertes diferencias entre Estados miembros con
puntos de vista muy dispares, lo que ralentizaría el proceso.
También respecto a la entidad de la fuerza había diferentes pareceres. Por un lado se
encontraban Francia e Italia, cuyas fuerzas de gendarmes y carabineros
respectivamente, son numerosas. Además tanto los gendarmes franceses como los
carabinieri italianos están viendo reducidas sus competencias policiales dentro de su
territorio, por lo que ven en su proyección exterior una forma de mantenerse en primera
línea de acción. En el otro extremo se encontraban Portugal y los Países Bajos, cuyas
fuerzas, la Guardia Nacional Republicana y la Royal Marechaussee respectivamente, son
poco numerosas y, evidentemente, sus contribuciones tendrían que ser modestas. Entre
ambos grupos se encontraba España, con una fuerza de tamaño considerable, la
Guardia Civil, pero con numerosas competencias policiales en el territorio nacional, lo
que le hace difícil prescindir de efectivos para efectuar misiones en el exterior.
Por lo que respecta a las misiones, fue un tema sobre el que sí hubo unanimidad desde
el primer momento, llegándose a la conclusión de que la FGE debería ser capaz de cubrir
la totalidad de misiones policiales que pueden ocurrir en un área en conflicto, desde un
escenario de alto riesgo, en los primeros momentos de una intervención militar, hasta que
la situación se encuentre ya estabilizada. Al final, se puede afirmar que la Fuerza de
Gendarmería Europea tal como se ha creado es muy similar al proyecto planteado por
Francia en noviembre del año 2003. Incluso el nombre, Gendarmería, es claramente
francés.

Formas de actuación
Lo que se tenía muy claro desde el primer momento es que la creación de la Fuerza de
Gendarmería Europea constituiría una herramienta eficaz, y hasta el momento
inexistente, para llevar a cabo misiones policiales durante todas las fases de las
operaciones de gestión de crisis y que sería capaz de cubrir todo el espectro de esas
operaciones, bien integrada en una fuerza militar, bien actuando bajo las órdenes de una
autoridad civil.
En este sentido se podría dividir la actuación de la FGE en tres fases:
• Durante la fase inicial o de entrada en el teatro de operaciones, la FGE podría
acceder junto con la Fuerza Militar, a fin de desempeñar sus misiones policiales.
• Durante la fase de transición hacia la estabilización, la FGE podría continuar su
misión en solitario o en colaboración con una fuerza militar, al objeto de facilitar la
coordinación y la cooperación con las unidades de policía internacionales o
locales.
• Durante la fase final de retirada del componente militar con la situación ya
estabilizada, dicha fuerza podría facilitar el traspaso de competencias a las
autoridades civiles y a las agencias que participaran en los esfuerzos de
cooperación, si fuera necesario.
Por otro lado, dependiendo del mandato de cada operación, la FGE también podría llevar
a cabo un amplio espectro de actividades relacionadas con sus competencias policiales,
que sin querer ser exhaustivos podrían ser, entre otras:
• Prestación de servicios de seguridad y orden público.
• Supervisión y asesoramiento a la policía local en el desempeño de sus funciones
cotidianas, incluyendo las labores de investigación criminal.
• Vigilancia pública, normativa de tráfico, control de fronteras e inteligencia general.
• Funciones de policía judicial, incluyendo la detección de delitos, seguimiento de
delincuentes y su conducción ante las autoridades judiciales competentes.
• Protección de bienes y personas y mantenimiento del orden público en caso de
alteraciones del mismo.
• Formación de los agentes de policía de acuerdo con los estándares
internacionales.
• Formación de los instructores, principalmente mediante programas de
cooperación.
En resumen, podríamos concluir que la intención principal de esta fuerza es aprovechar
las capacidades de las fuerzas policiales de carácter militar, que reúnen una serie de
ventajas como son los medios disponibles, su formación y disciplina, características que
sólo estas unidades ofrecen y que superan en mucho al resto de las fuerzas policiales
existentes.

Enmarque en Europa
Está claro que aunque la FGE no está incrustada dentro de las instituciones actuales de
la Unión Europea, los países que forman la fuerza tienen la clara intención de ponerla a
su disposición, tal y como figura en la declaración de intenciones anteriormente
mencionada.
La Unión Europea en los últimos años ha iniciado una etapa de fortalecimiento de sus
capacidades militares para la gestión de crisis, de lo que pueden ser buenos ejemplos,
entre otros, el nuevo Objetivo General para el año 2010, que sustituye al Objetivo de
2003, los Grupos de Combate, la célula cívico-militar y el establecimiento de la Agencia
Europea de Defensa. Pero a la vez que se mejoran las capacidades militares, la Unión
Europea busca también dotarse de unas capacidades civiles para gestión de crisis. En
este contexto, la presidencia holandesa organizó el 22 de noviembre de 2004 la Segunda
Conferencia de Compromisos en Capacidades Civiles.
El objetivo de la conferencia era actualizar, en calidad y en cantidad, los compromisos
civiles que se habían adquirido en el año 2001 en la cumbre de Feira (Portugal). Además,
se pretendía integrar las capacidades que los nuevos Estados miembros ponen a
disposición de la Unión Europea. En la conferencia los Estados miembros reiteraron su
fuerte compromiso para desarrollar las capacidades civiles de gestión de crisis de la
Unión, estableciendo cuatro ámbitos principales para la gestión civil de crisis: policía,
Estado de derecho, administración civil y protección civil.
De las aportaciones efectuadas por los Estados miembros se desprende que las
capacidades globales de la Unión Europea se pueden estimar en más de doce mil
personas, entre policías, expertos en Estado de derecho, expertos en administración civil,
personas para apoyo a los equipos de los Representantes Especiales de la Unión
Europea, expertos en misiones de observación y expertos en protección civil. Hay que
resaltar el hecho de que estas contribuciones excedieron los objetivos concretos que se
habían fijado en el Consejo Europeo de junio de 2004.
Se ha definido un Objetivo Principal Civil, que pretende establecer las capacidades civiles
necesarias para que la Unión Europea disponga en el año 2008 de unas capacidades
civiles que le permitan cumplir las futuras misiones y retos. Este Objetivo Principal fijará
claramente las ambiciones de la UE en cuanto a los aspectos civiles de la PESD a lo
largo de los próximos años, sentando una base firme de las capacidades necesarias para
satisfacer las ambiciones de la UE en este campo. El objetivo final que se busca es dotar
a la Unión Europea de un gran instrumento de gestión de crisis, que combinando las
capacidades militares y civiles sirva para hacer frente a los desafíos que la comunidad
internacional en general, y Europa en particular, tienen ante sí en los inicios del siglo XXI.
La Unión Europea sería, además, la pionera en este campo. Hoy en día ninguna
organización internacional ha resuelto con eficacia la distancia que separa a las
organizaciones civiles y a las militares en el campo específico de la gestión de crisis. Es
evidente que el camino emprendido por la UE la colocaría a la vanguardia de las
organizaciones internacionales. Y a nadie se le escapa que esa herramienta, civil y
militar, es hoy en día el arma más eficaz para hacer frente a los desafíos estratégicos.
Pensemos en Afganistán, Irak o en el continente africano. En el caso de Afganistán se
han implantado los Equipos Provinciales de Reconstrucción, conocidos por sus siglas en
inglés PRT, que deberán ser un ejemplo de la colaboración cívico-militar. En ese gran
elemento de gestión de crisis europeo, donde se conjugan las características civiles y
militares, la Fuerza de Gendarmería Europea puede y debe jugar un papel fundamental.
Conclusiones: Desde que se presentó la propuesta francesa se tenía muy claro que
España, con su Guardia Civil, no podía quedar fuera de una iniciativa que, de tener éxito,
constituiría un elemento esencial para la gestión de crisis en el ámbito europeo. Por otro
lado, al situarse esta iniciativa claramente en el campo de la Política Europea de
Seguridad y Defensa (PESD), en terminología de la Unión Europea, la participación de
España involucraba necesariamente a los Ministerios de Interior y de Defensa.
España estaba, y está, convencida de que la Fuerza de Gendarmería Europea es una
herramienta muy valiosa para complementar la capacidad de gestión de crisis de la Unión
Europea en los aspectos policiales, cubriendo un hueco existente hasta el momento. En
el futuro servirá, sin duda, para facilitar el desarrollo del gran instrumento de gestión de
crisis del que quiere dotarse la Unión Europea en donde se combinen las capacidades
militares y civiles.
El Secretario General/Alto Representante de la Unión Europea Javier Solana, futuro
Ministro de Asuntos Exteriores de la UE, efectuaba unas declaraciones recientemente en
las que afirmaba que el futuro soldado europeo se parecería mucho a un guardia civil,
resaltando de este modo las magníficas características de este cuerpo que conjugan una
mezcla de la condición militar y policial. Es evidente que este argumento nos puede dar
una idea del papel que puede desarrollar la Fuerza de Gendarmería Europea en el
contexto internacional en general, y en el europeo en particular, en un futuro cada vez
más próximo.

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