'A se toma del número de vehículos de ese modelo de coche, B se multiplica por el índice de probabilidades de fallo, C se multiplica por el acuerdo económico acordado sin ir a juicio. AxBxC=X. Si el resultado es menor de lo que costaría una llamada, no la hacemos. [...] Cada vez que el avión se ladeaba bruscamente durante el despegue o el aterrizaje rezaba para que nos estrelláramos o que hubiera una colisión en el aire. Lo que fuera.'
Extracto de conversación que mantiene el protagonista de El club de la lucha, que trabaja en una aseguradora, hablando sobre un accidente en el que han muerto 4 personas de una familia achicharrados vivos por un fallo de seguridad del coche.
Unos padres denuncian que en los parques infantiles hay un exceso de seguridad y eso impide el desarrollo de lxs niñxs. Unxs aficionadxs a los deportes de alto risgo se quejan amargamente de que todo riesgo ya está bajo control y es imposible que pase ya nada. En un pais se retira la publicidad que promociona la seguridad vial porque cada vez hay menos donantes de órganos...
Todas estas son noticias, que sean verdad o no, sean en una nación o en otra, son creibles. Y lo son porque la Razón y la Ciencia, con sus métodos de cálculo, sus predicciones, sus análisis, han dado al traste con la imprevisibilidad, el misterio, el riesgo, lo inesperado, el deseo. Y si podemos creer esas noticias, aun contra el sentido común, es porque la Economía es la que dona el sentido ahora. Y lo hace en detrimento de la Vida. Ésta ha quedado relegada a la esfera de la mercancía. Así, podemos calcular cuantos muertos necesitamos para cubrir la demanda de órganos de una determinada región con total tranquilidad. Y cinismo. Incluso podemos fabricar muertos como productos. Igual que el III Reich. Lo mismo sucede con las experiencias (del riesgo, del amor, del sexo, del comer...). En tanto son mercancía, producto, se fabrican. Y se fabrica su necesidad para generar demanda.
Algunxs están empeñadxs en salvar este mundo. Un mundo con los mismos valores y las mismas premisas. Con los mismos problemas y el mismo oscuro futuro. Volver a hace unos años sin cambiar el escenario.
Pero los 'buenos tiempos' de antes no vendrán.Y algunxs hurgaremos bien en la herida para que no vuelvan.
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