De unos años a esta parte las noticias de los telediarios de alcance nacional e internacional son valoradas por los índices bursátiles (ya sea Dow Jones, Ibex, NIkkei…). Cada noticia es saludada con la aprobación o desaprobación de la Bolsa, esa entelequia magnífica a la que hay rendir honores y hacer sacrificios. Las flechitas rojas y verdes, hacia arriba o abajo, funcionan como objetivación del valor de las noticias. Si Oriente Próximo y el Magreb están que arden, mal, rojo, bajada. Si se hacen reformas que despojen a lxs trabajadorxs de derechos adquiridos tras largas luchas, bien, verde, subida. No se habla de lo que significa, sólo se trata al telespectador como lo que es, pasivo receptor de información ya valorada de antemano. Es el misticismo de la economía. A través de estos escasos segundos que dura la imagen de la flechecita verde o roja, arriba o abajo, se nos despoja, aunque sea un poco, de la valoración personal, vinculada a nuestro mundo cotidiano, a nuestro mundo real. La impresión personal que me queda es que debiéramos hacer que el rojo campase a sus anchas por los parquets de la bolsa y recuperar la vida real y no mística a que nos llevan.
Por la valoración personal y colectiva de nuestras vidas al margen de los media!!
Por el fin de la economía!!
Por el cumplimiento de nuestros deseos!!
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