El otro día leía un artículo sobre nanociencia y nanotecnología escrito por alguien del CSIC de la Universidad Autónoma de Madrid (link) y revisando los crecientes presupuestos que los diferentes Estados dedican a esa tecnología queda muy claro que es un sector estratégico. ¿Por qué es estratégico para las potencias económicas mundiales? Por las mismas razones que los Estados siempre consideran algo como estratégico. Porque generan empleo altamente cualificado, y por tanto buenos salarios que permiten elevado consumo (este motivo es el que justifica los constantes decretos-ley que los Estados ejecutan con tal de mantener la Economía). Y porque por otro lado desarrollan capacidades tecnológicas de control interno y externo; desde mecanismos biopolíticos hasta lisa y llanamente militares.
Lo que me interesó del artículo es la justificación del desarrollo de las nanociencias mediante temas medioambientales. Éstos se convierten en la justificación ética y moral perfecta para continuar el desarrollo obviando otras cuestiones éticas quizás más importantes (pérdida de libertad personal y colectiva, incapacidad para tolerar nuestros límites, creciente especialización que conlleva pérdida del control de la propia existencia…). El artículo avanza los nuevos cambios que tendrá que realizar nuestra sociedad para ser más respetuosa con el medio ambiente. Desde la creación de nuevos materiales, pasando por el uso de nanosensores para controlar de forma más efectiva la calidad de todo lo que consumimos, hasta el desarrollo de catalizadores para optimizar los procesos de producción. Así, los Estados, bajo el paraguas del ecologismo, obligan a consumir (y obligan porque imponen nuevas tasas o nuevos controles obligatorios o nuevas leyes o medidas que fomentan determinados consumos) y estimulan el empleo (necesario para el consumo en la sociedad que vivimos) y el desarrollo productivo.
Aquellos que en su crítica al capitalismo se ‘olvidan’ de su hermano el Estado se convierten en cómplices de aquello que pretenden criticar y preparan el terreno para la siguiente derrota. Propugnar medidas ambientalistas sin realizar la crítica completa del sistema tecno-industrial es la mejor forma de prolongar la explotación. Greenpeace en México lo debe haber entendido de la mano de Individualidades Tendiendo a lo Salvaje.
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