'Una sociedad que ha abolido la aventura convierte la abolición de esta sociedad en la única aventura posible'

miércoles, 23 de noviembre de 2011

¿Apoyar a lxs trabajadorxs porque sí?

Uno de los misticismos más arraigados en las luchas sociales es el que se refiere a que hay que estar del lado de lxs trabajadorxs en sus luchas. Seguro que antes éstas tenían un contenido emancipatorio y libertario puesto que se apoyaban en discursos más o menos organizados en torno a la autonomía de clase, a la lucha contra la explotación del hombre por el hombre, a la solidaridad de clase, etc. Pero eso era antes. Está muy claro que el desarrollo histórico de la segunda mitad del siglo XX nos ha conducido a mantener esa imagen, pero sin el contenido. Ha quedado sólo la forma. Los sindicatos se han convertido en empresas de gestión del trabajo, que es lo que precisa el capital para seguir reproduciéndose y seguir manteniendo la explotación y la extensión del mercado. Esta extensión abarca desde la solidaridad con las ONGs hasta el reciclaje, las relaciones de amistad o la tranquilidad con los diversos dispositivos del relax.

A pesar de ello algunos grupos e individualidades siguen manteniendo ese discurso, que ya se sostiene en el vacío, y que por ello mismo es ideología que, como toda ideología, retrasa el camino hacia la libertad. Tras la última huelga general de Grecia se podían leer comunicados que criticaban o apoyaban la actuación del partido estalinista KKE y su sindicato PAME. Entre los que justificaban su ruin actuación se apelaba todo el rato al pueblo trabajador. Pero, ¿qué hay que defender del pueblo trabajador? ¿el trabajo? ¿el pueblo por el hecho de ser trabajador? ¿Y los que no son trabajadores no hay que defenderlos? ¿y no puede defenderse cada uno, junto con sus afines, sin apelar a la clase trabajadora? Si surgen todas estas preguntas es porque veo una contradicción enorme en ese discurso, que a la vez habla de lucha contra el capitalismo, que apela a la libertad. Pero los trabajadores en lo concreto, ¿qué hacen? Son policías y controlan, son médicos y gestionan la salud en pro de beneficios económicos, además de perpetuar un cierto discurso del poder (la ciencia), son obreros en fábricas de piezas para coches o de armas o de productos químicos, o administrativos que controlan el fichaje de la gente en la fábrica o en las oficinas o pequeños comerciantes que tratan de vender productos a toda costa. Creo que queda claro que la defensa de la clase trabajadora, que por otra parte se ha diluido como la clase de que se hablaba en el pasado, no se puede sostener en el trabajo, pues éste no es precisamente algo a mantener, ni algo que elogiar, sino algo a destruir. De lo contrario se cae en el proselitismo.
Cuando hace unos días, una trabajadora de la TV de L’H nos preguntaba sobre si queríamos unirnos a las manis que iban a hacer porque les cerraban la TV por recortes, ¿qué se podía decir? ¿qué se debía hacer? Apoyar que no cierren una TV, aunque sea local, ¿tiene algo que ver con la lucha contra el capitalismo? ¿tiene que ver con nuestros objetivos revolucionarios? ¿o más bien es luchar porque el capitalismo sea para todxs y no quede nadie excluido? Hay que poner en claro por qué cosas se lucha, y si se hacen alianzas puntuales o estratégicas hay que ver cuáles son los puntos en común y hasta dónde se puede llegar juntxs. Si se sale a la calle a protestar contra los recortes en sanidad, se puede hacer desde muchas perspectivas. Desde la visión conservadora de vuelta atrás obviando el déficit existente y anhelando el pasado como si fuera el paraíso, o desde la de que una mejor gestión es posible (una más social), o de que es posible mirar hacia delante y construir las bases para una sanidad cooperativista o colectiva o alejada del discurso del poder de la ciencia. Pero salir a defender sólo y exclusivamente puestos de trabajo para seguir reproduciendo el sistema triturador de vidas humanas es reaccionario. Es una cuestión de supervivencia exclusivamente, de vida biológica, no de vida política. Y además es una lucha que hipoteca al resto por seguir prolongando la situación que vivimos a diario.
Por tanto se puede luchar en común si se comparten algunos valores conjuntos que vayan más allá de la reivindicación exclusivamente laboral. Si se pone en relación el hecho de que una fábrica o un hospital o una TV cierren, con los valores dominantes (mercantiles) que hay detrás de estas decisiones y con el objeto de organizar una crítica autónoma al sistema de dominio, entonces la potencialidad es alta y la alianza da sus frutos. Esa es la primera parte, que no puede quedar desligada del actuar en base a lo asumido. Si no se concretan estos aspectos, la protesta es una protesta frente a algo incomprensible y en el fondo asumido que sólo hace que quemar a lxs que participan de la lucha con objetivos anticapitalistas y reafirmar en la inutilidad de hacer nada de lxs que ya sabían que no servía de nada hacer algo. Así las expectativas de todxs quedan defraudadas y el sistema sale airoso y sin que se hayan sacado las consecuencias de la derrota.

1 comentario:

  1. Si no se concretan estos aspectos, la protesta es una protesta frente a algo incomprensible y en el fondo asumido que sólo hace que quemar a lxs que participan de la lucha con objetivos anticapitalistas y reafirmar en la inutilidad de hacer nada de lxs que ya sabían que no servía de nada hacer algo. Así las expectativas de todxs quedan defraudadas y el sistema sale airoso y sin que se hayan sacado las consecuencias de la derrota.
    Que propones?, jejeje...Saulako

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