Sobre nihilismo

La nada es el espacio del no-ser, de lo todavía por venir. Es la distancia que hay entre lo real y lo posible, el espacio de lo infinito. Remite a lo no planeado, a la espontaneidad. El espacio de la nada se abre en aquellas situaciones que rompen la continuidad de la costumbre y del hábito. La huelga, el conflicto, el encuentro; en definitiva la situación con un horizonte no cerrado por la determinación, por los esquemas preconcebidos. En ese sentido las huelgas se entienden como momento de encuentro, de complicidad, de acción, de fuga de lo establecido, regulado y planificado, de caos. El caos abre posibilidades porque se sitúa sobre el vacío y la nada, porque no tiene dirección clara, la dirección se hace, la hacemos. Todo gestor, sea político, empresario, sindicalista, movilizado en un movimiento social (gestionan el descontento), funcionario, es enemigo de la libertad en tanto se mantenga en el rol de gestor. La libertad precisamente se da en el espacio de la nada y de la posibilidad. El resto de libertades son libertades condicionadas. Estas figuras del Orden trabajan para que no se den situaciones. Que todo transcurra sobre lo previsto. En la huelga, manifestación pactada, piquetes pactados, informaciones difundidas por medios ya preparados para la ocasión, policía que conoce lo excepcional de la huelga y distiende ligeramente el control, precisamente para seguirlo gestionando. El Dominio actual es justamente esto. Aclimatar el medio para que nunca se den posibilidades. El rebelde, el insumiso, en su condición de rebelde provocará la excepcionalidad, distenderá el tiempo del acontecimiento, abrirá las posibilidades del momento. 

Dejo un texto interesante sobre lo que es el nihilismo y la historia del nihilismo ruso, que rompe con algunos misticismos que se reproducen en el tiempo y que perjudican al debate, muy actual, de la tendencia nihilista anarquista.