'Una sociedad que ha abolido la aventura convierte la abolición de esta sociedad en la única aventura posible'

viernes, 18 de noviembre de 2011

Entender lo que pasa para posicionarse en el conflicto


En los tiempos que corren los analistas económicos crecen como setas. Recogen, analizan e interpretan los hechos que cada día suceden a nivel global y macroeconómico. Analizan e interpretan desde posiciones objetivistas, desde la historia de los hechos macro. Y luego la mayoría envuelven sus mensajes con un envoltorio progesista y democrático con la esperanza de vender un mejor futuro a la sociedad. Es su función política y social. Pero los hechos que se vienen sucediendo en los últimos años, desde que estallase la crisis económica, desmienten esta segunda parte. El economista Santiago Niño Becerra vienen analizando la situación sin ese envoltorio que quiere endulzar los oídos de los crédulos, los que tienen fe. Si bien, como pasa con la mayoría de analistas económicos, toma una postura que desdeña radicalmente la acción social colectiva, sus análisis pueden ser de interés para entender algunas cosas que pasan. Desde aquí no se comparte esa visión del individuo como pieza sin voluntad al servicio del capital. Los hechos también demuestran que la acción tiene sus consecuencias en la deriva futura del capitalismo. Sea por inacción, por acción conservadora del orden antiguo (cosa que las luchas de la sanidad están mostrando al querer volver a la situación de hace unos años) o por acción revolucionaria que pretende subvertir el sistema de relaciones actuales y promover otro distinto no basado en relaciones mercantiles, lo que está por venir está en construcción. Romper con la visión mecanicista de la historia es necesario y vital para seguir viviendo como lo que somos, seres humanos con voluntad. Esa contradicción entre economía y vida no reducida a mera vida biológica, llevada al máximo, es la guerra social.
Dicho esto dejo algunos cortes de entrevistas (de 2009 y 2010) con este economista que explica su visión de lo que está por venir si las cosas siguen su curso sin contratiempos sociales que lo modifiquen. Lo que explica se va convirtiendo en real en la actualidad con gobiernos de tecnócratas que gestionan una realidad económica al servicio de la reproducción de las mismas relaciones mercantiles, y que obvian otras dimensiones humanas al margen del dinero. Ecología, decrecimiento, estado del bienestar, quedan reducidas a categorías éticas anuladas por completo por la fuerza del valor.Y el control más estricto se postula como el medio nenesario para mantener la gestión social.







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