De la indignación a la acción
Con la excusa de 'la crisis', los que mandan, políticos, banqueros y empresarios, han iniciado una serie de planes de recortes que vienen implícitos en la forma que el sistema capitalista opera: las crisis son inherentes al propio sistema económico que vivimos actualmente y cuando se han de enfrentar, quien pagan son los de siempre, los excluidos, los pobres, las y los trabajadores. Aquellos que tienen el poder político y el poder económico siguen lucrándose a costa de nuestra miseria.
Para que este sistema económico no se hunda, desde el FMI, que es el árbitro que rige las reglas del Mercado, se han ordenado una serie de planes destinados a privatizar los servicios de caracter público. Hablamos de los recortes que nos están afectando a todas haciendo nuestras vidas todavía más precarias. Cierran los servicios y salas hospitalarias, privatizan los servicios universales sanitarios, así como los expedientes de regulación de ocupación de los y las trabajadoras de la sanidad, restringen las ayudas para las personas dependientes, aplcan el pensionazo, privatizan las universidades todavía más, limitando el acceso únicamente a los ricos que se lo pueden permitir; se cierran empresas y el paro no deja de aumentar; los contratos-basura proliferan y las condiciones de trabajo empeoran progresivamente.
El incremento del coste de los productos básicos y la bajada de salarios, así como de todas las demás condiciones que se han mencionado antes, afectan a todas las esferas de nuestras vidas; cada vez cuesta más llegar a fin de mes, cada vez hay más familias desahuciadas en la calle, cada vez hay más pobreza.
En estos últimos meses la autoorganización para hacer frente a este malestar general se ha visto reflejada en las calles, las plazas, los lugares de trabajo, etc. Intentando encontrar múltiples respuestas de mil maneras diferentes, se han creado asambleas, se han llevado a cabo acciones apuntando a los causantes de la miseria, se han impulsado vagas donde ha estallado toda la indignación, toda la rabia.
Estamos hartas de ellos.
Nos damos cuenta que las cosas así no funcionan. No puede ser lógico que nos hechen fuera de casa por no pagar el alquiler y se lo quede el banco para venderlo a otra familia que tampoco lo podrá pagar, no puede ser normal que recorten el salario o nos despidan del trabajo mientras la junta ejecutiva vive con toda serie de comodidades, no es lógico que cada 4 años votemos a un político para que decida por nosotros en todos los aspectos de nuestras vidas y decida aplicar una reforma laboral sin que podamos decidir pararla. Que se nos lleven a la Audiencia Nacional por intentar bloquear un Parlamento donde se están decidiendo cosas que nos afectan y que no queremos y nos digan que es anticonstitucional y atentamos contra aquellos que velan por nosotros. Todos sabemos que eso es mentira. Su Constitución es un engaño para amparar unas leyes que están hechas por y para los que mandan.
Hay alguna cosa que no funciona, que no es lógica. Quizás lo que no es lógico es que existan empresarios, que existan bancos. Quizás el problema es que pedimos a los que nos pisan, en lugar de derrocarlos, que nos vemos incapacitados de dirigir nuestras propias vidas. Hablamos de derechos que los amos nos conceden o no, en lugar de las necesidades vitales que tenemos que poseer.
La libertad no se pide, se coge.
La libertad se toma mediante la autoorganización. Hemos empezado a funcionar al margen de las instituciones que representan al Estado, sin intermediarios, haciendo patente que no nos representan ni los necesitamos.
Estamos empezando a generar redes de apoyo mutuo en los barrios, si algun tiene un problema en el barrio con la banca, el trabajo, redadas de inmigrantes, desahucios o desalojos ejecutados por la policía, etc... todas lo tenemos.
Nos organizamos nosotras mismas y no dejamos que decidan por nosotras; respondemos colectivamente a las agresiones por parte del poder, aquellos que ejercen la violencia cotidiana contra nosotros y la legitima con la falacia del 'bien común'. Los recortes no son por el 'bien común', recortan donde nos le hace daño; ellos no pierden nada, nosotros lo perdemos todo. Por eso, sólo nos falta perder el miedo del todo.
También en el trabajo la autoorganización es la clave para no ser vendidos por sindicatos que tampoco nos representan, ir a la huelga general y plantar cara a la patronal, ocupar los hospitales, los colegios... La acción directa. Pero no para esperar que nos concedan pequeñas reformas, sino aspirando a conseguir todo aquello que todas y todos queramos y decidamos a partir de nuestra propia voluntad.
Dialogar con aquel que te apunta con una pistola no es diálogo, no se está en igualdad de condiciones, por tanto, es someterse.
Dialogar entre nosotros, compartimos experiencias, buscamos otras formas de construir y dejamos de lado lo que se nos impone como única forma de vivir.
Contra los recortes, contras la banca, contra la patronal, contra los políticos...
Por la autoorganización, por la solidaridad, opr la acción directa, por nosotras mismas.
LA LIBERTAD PUEDE SER REAL YA.
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